Hilando Arte propicia una relación holística, un ser y hacer en triada: cuerpo, cabeza, corazón (Astorga, A., Donoso. J, 1995) en todas las componentes de una relación educadora, las 3C, iluminadas con Amor, Arte y Alegría las 3A.

Esa relación holística debe suceder en ambientes que valoran y acogen, cálidos, seguros, donde el amor, el juego y la alegría tejen sensibilidad, respeto mutuo, solidaridad, paz, y arte hacia la construcción de un ser personal en armonía con sus entornos como cualidades para convivir.

Un paradigma inclusivo que responde a la evolución y revisión constante de prácticas y lenguajes. La concepción de la diversidad como ventaja, como riqueza simbólica y espiritual donde predomine el autoconcepto saludable desde donde se generan procesos activos y continuos en la diversidad: “no es el miedo al espejo de los poemas, es maravillosamente lo contrario, lo humano son millones de reflejos distintos” (Borges, 1975, citado por (Marín, 2013). 

Es una escuela para quien aprende y para quien enseña, donde habita la comunidad que suma al amplio horizonte desde: subjetividades, memorias, historias y vínculos. Como resultado, se promueven estéticas transformadoras de aulas, patios, calles y paredes. Esta transformación permite habitar el cotidiano como raíz y fruto de otras voces, abre otras
posibilidades para accionar desde el “conocimiento-emancipación” (Boaventura de Sousa, 2019), desde una convivencia humana en equilibrio con el planeta, donde se concibe el sufrimiento y la desigualdad como inexcusables, así como otros actos de injusticia y discriminación.