INTRODUCCIÓN AL PALENQUE
En las siguiente documento ensayamos una suerte de palenque cultural, un lugar de encuentro con la cultura afro esmeraldeña, que hoy en día ya no tiene la necesidad de esconderse para sobrevivir; sino todo lo contrario: tiene la obligación de ser reivindicada, de compartirse, visibilizarse y conservarse en la misma medida que cualquier otra cultura, mirando de frente y a los ojos, pisando fuerte, reconociéndose dentro de una diversidad que caracteriza nuestro país y nuestro continente. Proponemos este palenque desde un sentir colectivo, pues al igual que hace centenios, fuimos llevados de la mano de otros palenques culturales que nos han abiertos sus puertas como son Casa-Cultura donde Doña Luceti Ayoví trabaja con niños y niñas; las Misioneras Congonianas, que desde 1996 han recorrido los asentamientos afro en Guayaquil; el Centro Educativo Juanito Bosco, en donde Carlos Valencia ha guiado un profundo enraizamiento cultural con las juventudes; la Fundación Cleotilde Guerrero, que aunque no pertenece al Distrito II de la Isla, conforman también otro palenque desde el entusiasmo de Jimmy Simisterra. Y así, con mucho respeto y agradecimiento nos sumamos a más resistencias como las de Norma Rodríguez, Papa Roncón, Petita Palma, que lejos de recuperar una cultura, nos llevan a vivirla y festejarla.
ADENTRÁNDONOS A LA ISLA TRINITARIA
“…Esta isla fue rellenada por nosotros, los moradores. Íbamos rellenando primero de solar en solar y luego pedazos de calle; de volquetada en volquetada, con mucho esfuerzo y trabajo.”
Xiomara C, vecina de la Isla.
La Isla Trinitaria es un barrio guayaquileño organizado en cooperativas con alrededor de 100.000 habitantes. Surgió en la década de los 80’s y 90’s a partir de la migración de provincias vecinas. Hoy en día es el barrio de Guayaquil con la mayor concentración de ciudadanos y ciudadanas afro ecuatorianas. “La Isla de los Condenados”, como se la conocía hace mucho tiempo, era un bosque de manglar a donde llegaban piratas, quienes se mantuvieron ahí hasta ya entrado el nuevo milenio.
“Existe la anécdota de una señora que ya no está con nosotros quien, un día, cuando llegaron los piratas, terminó por embalarle la boca a su hijo más pequeño para que no llorara y los piratas no supieran que hay gente en esa casa.”
Patricia C.
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